domingo, 6 de octubre de 2013

¡NECESITO UNA BRÚJULA!



   ¿Dónde estoy? ¿Cómo llego hasta allí? ¿Dónde está el norte?...Todas estas preguntas tendrían una fácil respuesta si cuento con una brújula o un GPS pero, ¿y si no cuento con estos instrumentos? Sabemos que para orientarnos debemos conocer dónde están los puntos cardinales, unos puntos imaginarios que llamamos norte, sur, este y oeste. Orientarse sin brújula o GPS no es tan difícil como creemos. Veamos algunas formas de hacerlo en el hemisferio norte.

ORIENTACIÓN NOCTURNA

ORIENTÁNDOSE CON LAS ESTRELLAS

   Durante la noche es fácil pensar que apenas tenemos puntos de referencia, pero si alzamos nuestra vista tendremos, además de un paisaje fantástico, un modo de reconocer los puntos cardinales. Para ello nos basta con encontrar sólo una constelación, la Osa Mayor, una de las más reconocibles en el cielo del hemisferio Norte. Muchos la conocen como el Carro, e incluso ha recibido otros nombres como el “Cucharón”, por los indios americanos del norte. Podemos verla durante todo el año, así que no hay problema si nos perdemos en una oscura noche de verano o de invierno. Se reconoce fácilmente por poseer siete estrellas más brillantes. Cuatro de ellas forman un cuadrilátero, del que parte una línea quebrada con tres estrellas más.

   Si localizamos uno de los lados menores del cuadrilátero (el más alejado de la línea de estrellas) y lo prolongamos imaginariamente, llegaremos a una estrella que pertenece a la constelación de la Osa Menor. Se trata de la Estrella Polar, que no es de las más brillantes del cielo, pero que al coincidir aproximadamente con la proyección del eje terrestre, nos señala el norte.

   En el caso de que esté nublado no podremos utilizar esta estrategia y debemos buscar otros indicios que se explican más adelante.

ORIENTÁNDOSE CON LA LUNA

Foto de www.soydeciencias.com
   La Luna también puede servirnos de guía aproximada. Como sabéis nuestro satélite pasa por fases en su recorrido alrededor de la Tierra. En dos de estas fases nos puede ayudar más fácilmente. Cuando la Luna está en la fase creciente, las puntas que se observan nos señalan hacia el este. Cuando la Luna está en fase menguante, ocurre al contrario, las puntas señalan el oeste.

   ¿Cómo sabemos si está en una u otra fase? En la fase menguante la Luna tiene la forma de una letra “C” y cuando está en fase creciente justo al revés.

ORIENTACIÓN DIURNA

ORIENTÁNDOSE CON EL SOL (I)

   Desde el colegio nos enseñaron que el Sol sale por el este y se oculta por el oeste. Se trata de una verdad a medias. En los equinoccios de primavera y otoño (21 de marzo y 23 de septiembre respectivamente) es cuando el Sol sale por el este y se pone por el oeste de forma exacta. El resto del año, aparece por el noreste (durante la primavera y el verano) o por el sureste (otoño e invierno). Del mismo modo se oculta.

   Si vemos la salida o la puesta de nuestra estrella y conocemos la fecha en la que nos encontramos podremos realizar una buena aproximación sobre el lugar en que se halla el este y el oeste.

ORIENTÁNDOSE CON EL SOL (II)

Imagen de www.astronomia2009.es
   Hay un refrán muy astronómico que dice que “el más tonto hace relojes de palo”, en alusión a su sencillez. Un reloj de palo no es más que un palo vertical que proyecta su sombra sobre la superficie horizontal del suelo. Su nombre técnico es un “gnomon” y es el usado en los relojes solares.

   ¿Cómo puede guiarnos? En nuestro hemisferio, un palo así dispuesto, siempre arrojará sombra hacia el norte, porque el Sol queda hacia el sur. Es fácil imaginar que esa sombra será más corta cuanto más alto este el Sol en su recorrido. De este modo cuando la sombra sea más corta el astro rey estará en la mitad de su recorrido, a mediodía, y nos señalará claramente la dirección norte. También es fácil deducir que en verano la sombra será mucho más corta que en invierno a mediodía ya que el Sol realiza su recorrido más alto en el cielo.

ORIENTÁNDOSE CON UN RELOJ ANALÓGICO

   Este modo de orientarse requiere de un reloj analógico, es decir, un reloj de agujas. En primer lugar debemos ajustar nuestro reloj a la hora solar. En nuestro país lo conseguiremos retrasando una hora si tenemos el horario de invierno o dos horas si nos regimos por el horario de verano.

   Alineamos a continuación la aguja de las horas, la pequeña, con el Sol. La bisectriz del ángulo que forma esta aguja con la línea imaginaria que une el centro del reloj y las 12 horas nos indicará el sur. Recuerda que la bisectriz es la línea que divide a un ángulo en dos partes iguales.
Imagen de www.rinconmatero.com
OTROS INDICIOS QUE PUEDEN AYUDAR

   Si con los métodos descritos más arriba no conseguimos orientarnos aún hay algunos indicios naturales que nos pueden ser útiles. Algunos de ellos son:

  • El musgo, pequeños helechos y otra vegetación que requiere más humedad suele encontrarse en dirección al norte.
  • Las hormigas suelen abrir sus agujeros hacia el sur.
  • La nieve o la escarcha suele perdurar más en la parte norte de una superficie.
  • Las aves migratorias viajan hacia el sur en otoño y hacia el norte en primavera.